Maternidades narradas: entre la ternura y el abismo

Maternidades narradas: entre la ternura y el abismo

Cada segundo domingo de mayo, el Día de la Madre irrumpe con una fuerza simbólica y emocional que parece ineludible. Nos envuelve una narrativa dominante: la madre abnegada, incondicional, amorosa por naturaleza, dispuesta siempre a sacrificarse sin medida. Una imagen que se repite en publicidades, redes sociales, celebraciones escolares, y que, con su insistencia, corre el riesgo de simplificar una experiencia compleja, diversa y muchas veces ambivalente. 

Pero la literatura  —especialmente en la escrita por mujeres— ha sido un espacio fértil para tensionar esa imagen, para escribir desde las grietas y las contradicciones de lo materno. Allí donde el discurso social impone idealización o silencio, las palabras de estas autoras abren preguntas incómodas, desarman certezas, nombran el deseo de ser madres tanto como el de no serlo, la ternura como el hartazgo, la entrega como la pérdida de sí. 

Lejos del estereotipo de la madre perfecta, estas autoras se atreven a narrar la maternidad como una experiencia profundamente humana, moldeada por el contexto, por los vínculos, por el cuerpo y también por las elecciones, cuando las hay. Escribir sobre la maternidad entonces no solo implica hablar de hijos, sino también de los mandatos sociales, cómo construimos esa identidad, los afectos y las violencias que pueden habitar ese espacio. 

Hoy proponemos un recorrido por obras que amplían el imaginario sobre lo materno, que lo complejizan, lo sacuden y lo devuelven con nuevas formas. Voces que, por demasiado tiempo, han permanecido en los márgenes, pero que hoy nos invitan a mirar —y a leer— con más profundidad. 

Elegir (o no) ser madre, narrativas del deseo y la pregunta

La primera mano que sostuvo la mía de Maggie O’Farrell 

Esta novela explora de forma profunda y emotiva la maternidad, envuelta en dos historias separadas en el tiempo, unidas solo por este hilo y el misterio. Por un lado, seguimos a Lexie, una joven decidida a romper las normas de su época que quiere encontrar su lugar en el mundo del arte y el periodismo en un Londres posguerra. Por otro, conocemos a Elina, una artista contemporánea que acaba de convertirse en madre y lidia con la transformación física y emocional que conlleva el nacimiento de su hijo. Ambas historias se desarrollan en paralelo hasta que, de forma sutil pero poderosa, los hilos que las conectan comienzan a revelarse. 

Con una escritura delicada, llena de matices emocionales, Maggie O’Farrell explora el vínculo madre-hijo, la identidad femenina, el paso del tiempo y las heridas invisibles que llevamos dentro. Esta novela conmueve sin sentimentalismos cliché, y captura con precisión los momentos de incertidumbre, ternura y pérdida que atraviesan a quienes maternan. Es un libro que abraza con fuerza y deja una huella persistente, ideal para regalar a quienes encuentran en la lectura un refugio y un espejo.

Línea Nigra de Jazmina Barrera 

Este libro de Jazmina Barrera, es una obra que viven en los límites del diario íntimo, el ensayo y la crónica personal. La autora traza un mapa del embarazo como experiencia físico y simbólica. Inscribiendo en el cuerpo –como la línea oscura que da nombre al libro– una escritura que es íntima y política. A lo largo del texto la autora recurre a imágenes, lecturas, obras de arte, recuerdos y reflexiones que acompañaron su proceso de gestación. Nos muestra la sorpresa, sus recuerdos y las reflexiones sobre lo que estaba ocurriendo. Sin idealizaciones, pero con una sensibilidad profunda, el libro nos invita a pensar la maternidad como tránsito, no como destino. Una experiencia radical de transformación, donde el cuerpo, el lenguaje y el tiempo adquieren nuevas voces. 

Maternidad de Sheila Heti: decidir no ser madre

Este libro parte de una pregunta: ¿debo tener un hijo? Desde ahí, Heti escribe una especie de novela-diario que explora, con honestidad radical, el deseo (o su ausencia) de ser madre. Lo que podría parecer una decisión íntima se convierte en una indagación filosófica y política. ¿Qué significa ser mujer en una cultura que asocia lo femenino con la capacidad de cuidar y gestar?

La autora no busca respuestas definitivas, sino espacio para dudar. Maternidad es una obra que desnaturaliza lo materno como destino, recordándonos que también es válido no quererlo.

Boulder de Eva Baltasar 

La protagonista de Boulder es una mujer que vive en libertad, con un fuerte deseo de mantenerse al margen de las estructuras tradicionales. Cuando su pareja decide tener un hijo, su mundo se desestabiliza. El libro retrata cómo una decisión tan íntima puede convertirse en una ruptura vital.

La voz de Boulder, seca, irónica, feroz, desafía la idea de que toda mujer debería encontrar realización en la maternidad. Baltasar escribe desde el borde, y por eso su novela se vuelve necesaria: nos habla de un rechazo que también merece ser escuchado.

 

Maternidades en tensión 

Pechos y huevos de Mieko Kawakami

Esta novela se divide en dos partes que dialogan entre sí con una sutileza paralizante. En la primera, seguimos a tres mujeres —una madre soltera, su hija adolescente y su hermana— reunidas en un verano sofocante, en el pequeño departamento de una Tokio silenciosa. Los temas que surgen son el cuerpo, la feminidad, la pobreza, el deseo de cambiar (y de no poder hacerlo). En la segunda parte, la narradora ya es una mujer adulta enfrentada a otra gran decisión: ¿ser madre o no? Kawakami escribe con una mezcla de ternura y agudeza sobre los cuerpos que menstruan, envejecen, se transforman y deciden. Una novela que pone en palabras preguntas urgentes sobre la autonomía, la identidad y el mandato de la maternidad.


La azotea de Fernanda Trías 

La primera novela de Fernanda Trías es un retrato inquietante sobre una maternidad corroída por el encierro, el miedo y la percepción distorsionada de la realidad. Narrada desde la voz de una mujer que decide recluirse con su hija recién nacida y su padre. La historia avanza entre lo claustrofóbico y lo ambiguo, explorando los límites de la protección materna cuando se convierte en control, de la ternura cuando se mezcla con la paranoia. Con una prosa visceral que no da respiro, la autora construye un espacio donde lo doméstico se vuelve opresivo y donde la figura materna, lejos de ser idealizada, encarna una fragilidad que puede rozar lo monstruoso. Es una novela que nos enfrenta a la pregunta de cuánto de nuestras decisiones nacen del amor y cuántas son desde el miedo. 

 

Golpéate el corazón de Amélie Nothomb

Cruel y elegante, esta novela breve de Nothomb abre con una madre que no logra amar a su hija. Lo que sigue es un retrato afilado de los celos maternos, la ambición frustrada y las formas sutiles de violencia emocional que pueden marcar una infancia. Con su estilo sobrio y su aguda inteligencia narrativa, Nothomb desmonta los vínculos entre madres e hijas sin idealización, mostrando cómo el amor puede volverse también una forma de castigo o de posesión. Golpéate el corazón es tan incómoda como necesaria: un libro que mira de frente las maternidades que duelen y que rara vez se dicen en voz alta.

La perra de Pilar Quintana

En esta novela corta, ambientada en una zona costera de Colombia, la protagonista Damaris, es una mujer pobre, sin hijos, que adopta una perra con la esperanza de sublimar su anhelo de maternidad. El texto se mueve entre la ternura y la violencia, mostrando cómo el deseo de ser madre puede también deteriorarse cuando se encuentra con el abandono, el machismo y la exclusión.

Quintana no embellece la experiencia: la muestra cruda, cargada de contradicciones, rozando a veces la desesperación. La perra es una poderosa alegoría sobre la maternidad como pulsión y como herida.

 

¿Por qué leer estas maternidades?

Estas obras invitan a mirar más allá del cliché. En un mundo que celebra un solo tipo de maternidad, la literatura sigue abriendo grietas por donde se cuelan otras historias: las de quienes dudan, deciden, sufren, gozan o rechazan ser madres.

Este Día de la Madre, tal vez sea momento de leer esas voces que no caben en las postales, pero que dicen verdades profundas sobre lo que implica, realmente, cuidar y ser cuidada. Porque detrás de cada maternidad, hay un cuerpo, una historia y una palabra que merece ser escuchada.

 

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