Las madres del terror

Las madres del terror

Si nos dedicamos a rastrear los orígenes del género de terror en la literatura, podemos encontrar a varias mujeres en su génesis. 


Delimitar el comienzo de la literatura de terror puede ser complejo, ya que este nace desde el cruce con otros géneros, especialmente el fantástico y el gótico. Fue así como ambos elementos de ambos estilos fueron dialogando y conformando el imaginario de lo que se ha popularizado y entendido como terror.


Fue la escritora Ann Radcliffe (1764 - 1832) quien afinó los componentes provenientes de lo fantástico en el gótico para llegar a ser considerada la madre del terror en dicho género. Su novela más famosa fue Los misterios de Udolfo, publicada en 1794, en la que podemos encontrar el universo gótico de terror por excelencia, con locaciones como grandes castillos oscuros, hechos sobrenaturales y peligros misteriosos acechando a las protagonistas. Uno de los elementos más novedosos en la narrativa de Radcliffe fue la predominancia de un punto de vista femenino en el centro, elaborando así un cuestionamiento de la autoridad masculina a la que las protagonistas femeninas estaban sometidas. 


Radcliffe dejó una gran influencia en la literatura inglesa y de terror. Un ejemplo de lo anterior fue la parodia que Jane Austen realizó de Los misterios de Udolfo en su novela La abadía de Northamger, obra que intentaba emular la fórmula de la novela gótica y en la que la protagonista se declara una lectora abierta de Radcliffe. También en la novela Otra Vuelca de tuerca de Henry James, emblema de la literatura de terror, menciona a Radcliffe. 

 

Un par de años más adelante el terror gótico sufre otra renovación de la mano de la  escritora inglesa Mary Shelley (1797-1851) con su novela del año 1818 Frankenstein o El moderno prometeo, la cual nació durante una visita que la autora realizó junto a su marido, el también escritor Percy Bysshe Shelley, al autor Lord Byron. En estas vacaciones surgió el reto de ver quién escribía la historia de terror más inquietante, instancia en la que Mary tuvo la idea de Frankenstein. Con las claras tendencias del gótico, Mary Shelley fue mucho más allá con esta obra, innovando con problemáticas metafísicas en cuanto a la identidad y el uso de la tecnología, siendo considerada así como la primera obra de ciencia ficción. 


Otro nombre que ha sido postergado pero que dejó también un gran legado es el de la inglesa Daphne du Maurier (1907-1989). Quizás su firma no te suena, pero es muy probable que si reconozcas las películas que fueron basadas en sus obras. Es que los libros de Daphne sirvieron como material para films que se volvieron clásicos del terror, como son los casos de Jamaica Inn (1939),  Rebecca (1940) y Los Pájaros (1962) todas dirigidas por Hitchcock. 

 

Lejos de Inglaterra, en Estados Unidos otra autora también causó impacto y furor por sus inquietantes historias. Shirley Jackson (1916-1965) es citada por muchos autores como la gran maestra del terror nortemericano. Su cuento La lotería fue publicado en 1948 en el New Yorker, generando un impacto mediático gigante, ya que el público pensó que el cuento se trataba de una historia real. Su novela más famosa, La maldición de Hill House, es considerada un clásico del terror del siglo XX, siendo adaptada como serie en 2018 en Netflix. 



Muy influenciada por el trabajo de Jackson, Joyce Carol Oates (1938) se ha consolidado como una de las escritoras de terror más influyentes, cuya trayectoria continúa fructífera hasta el día de hoy. Con obras como Violación, Bestias y Delatora, Oates se aleja de lo sobrenatural para encontrar el horror en lo cotidiano, en el daño que los seres humanos pueden provocar y la oscuridad que tienen en su interior. Muchas veces favorita para ganar el Premio Nobel de Literatura, Joyce Carol Oates ha dejado una marca en escribir lo inquietante de forma tajante y visceral. 


Si bien estas escritoras han generado un gran impacto y marcado el curso de la literatura, muchas sufren de muy poca circulación en la actualidad. Es más, a varias es casi imposible encontrar en alguna edición en español. Aquello da cuenta de la poca visibilidad e importancia que se les ha dado a autoras tan relevantes por el simple hecho de ser mujeres. 


Por otro lado, en habla hispana también podemos encontrar dos grandes autoras que abrieron camino para las escritoras latinoamericanas actuales de terror. La mexicana Amparo Dávila (1923-2020) y la argentina Silvina Ocampo (1903-1993) escribieron historias inquietantes, en donde lo sobrenatural invade la vida diaria y cuya finalidad máxima es la sensación de incomodidad en el lector. 


Muchas autoras actuales como Carmen Maria Machado, Mariana Enríquez y  Samanta Schweblin han sido inspiradas por las autoras anteriores, las cuales moldearon y abrieron camino para que el terror se pudiera explorar de diversas maneras. Por eso y más, hay que estar agradecidas por estas madres de la literatura de terror. 

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