Todos los muertos
Todos los muertos
Todos los muertos reúne una selección de cuatro cuentos de Edith Wharton, que se enmarcan en cuatro momentos de su obra —de 1901 a 1937—, y que abordan algunos de los temas más recurrentes de su escritura: la muerte, los fantasmas y los ritos paganos. En ellos es posible encontrar los elementos clásicos de la narrativa gótica, como el horror y lo sobrenatural, la persistencia fantasmagórica del pasado, los cementerios, los castillos y la brujería, pero también la presencia de una crítica constante hacia la condición subalterna de las mujeres en Occidente. A partir de ello, Wharton narra desde un gótico doméstico que gira en torno a diversas formas de denuncia y resistencia ante la dominación machista y religiosa, la condena de la sexualidad y las innumerables formas de invisibilización y violencia ejercidas contra las mujeres.
Con una capacidad de fabulación extraordinaria, Wharton nos transporta a un castillo en ruinas custodiado por perros mudos que apenas se mueven; a la desesperación de una mujer que, luego de un accidente, queda abandonada en una mansión aislada del mundo; al horror de un vínculo determinado por el machismo dentro de una casona fantasmagórica; y a la persistencia del dominio de un marido sobre su esposa incluso después de muerta.